viernes, 6 de marzo de 2009

Por caminos de mezcal.


Baila conmigo una danza de mentiras, entona una serenata de deseos incumplidos y recita una poesía de metas no trazadas.

Cabalga junto a mí en el valle de los calcetines rotos, cerca del cañón de las camisas sudadas y los pantalones sin pretina.

Camina conmigo por veredas de hastió, busquemos pueblos donde la cerveza sea barata, donde las mujeres paguen por amar y los niños fumen cigarrillos de mazapán.

Vámonos paisano, vámonos a un rancho de yeguas salvajes, cacemos patos de hormigón y pasemos los días con el cielo por cocina.

De qué sirve preocuparnos por la crisis, por el clima y la tenencia, comeremos cannabis en empanadas, nos beberemos la resaca de la semana pasada y con un poco de voluntad mearemos leche malteada.

Olvida lo que has aprendido, descubriremos cosas imposibles, que la tortilla con sal sabe a langosta y el champaña con sidral a gelatina de nopal.

Vámonos paisano, coge tu mochila, las cajetillas de alitas y busquemos caminos rodeados de amapolas, pasaremos por sitios donde los perros cantan narcocorridos, donde las balas silban bajitas y las ganas se mueren de no tener que hacer.

Comeremos pinole y chiflaremos canciones de amor, tomaremos pulque en copas de cartón, vámonos hermano, la ciudad seguirá por aquí, si es que regresamos, quizá en el viaje encontremos una nena que nos mantenga y nos haga olvidar por que nos fuimos o por qué debemos retornar.

No la pienses, solo vámonos...

hijin

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