jueves, 11 de marzo de 2010

Viaje al centro de Chamula parte 1.

Así fue, y llegando a San Juan Chamula el último día de carnaval, el anterior al miércoles de ceniza, que cae una pinche niebla marca diablo sobre los cerros. Y los zotziles dando brincos por todos lados hasta su madre de posh y coca cola, y los gringuitos con su caras pálidas de pendejo asombro y las gringuitas con sus piernas pálidas picoteadas por mosquitos, pulgas y demás alimañas tercermundistas...

Y en medio del asombro carnavalesco, los toros flacos y asuatdos dando vueltas a la plaza (quesque el pinche tiempo hecho materia decía una antropóloga-jipi-feminista), los rezos auspiciados por el PRI, y su Santidad el presidente municipal y su papá de su Santidad el gobernador de chocolate con nariz de cacahuate (el mero mero de Chiapas S.A. de C.V.) pues que nos rolan de ese su posh.

¿Y qué creen?, pos que nos ponemos pedos, pedos, pedísimos, y la pinche niebla seguía bajando. Y los pobladores de ese lugar en el mismo estado de pendejez que nosotros por aquella bebida dizque medicinal que nos empiezan a hablar en inglés,

-¿Sabes? -nos decía uno- yo fui al gabacho a chambear y tu y tus cuates no son mexicanos, me cae.

-¡Que si somos chinga! -le contestaba con mi orgullo chilango herido.

-Ah chinga, chinga, ¿yu spik spanisch? -nos retaba el muy cabrón borracho.

-¡Que si! ¡puta madre! -contestaba alguién de nosotros mientras de un trago se terminaba el vaso de veladora hasta el tope de posh.

Y que aparece uno más de ellos, todo vestido de negro y nos dice: "Caras vemos, corazones no sabemos, la niebla bajó y es mal presagio, mejor vayanse".

Y la niebla seguía baje y baje y no nos fuimos...

CONTINUARA.