Santiago despertó una vez más, ¿la última? (un presentimiento). La noche había cedido a la luz que se filtraba por las persianas, y acostado aún, imaginó el frío de un congelador, el olor a formol, el trabajo diario de un médico curado de espanto, una madre… y él ya no estaba ahí, observaba desde lejos, flotando por encima de todos.
Para el mediodía comprendió que todo sería normal y pensó:
“Bueno, otro sueñito y me levanto”.
U.Paradise.
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